Salida la Mercancía no hay Devolución

El sábado pasado me invitaron la una boda de un ex compañero de la preparatoria, no se que pasa últimamente que a todo mundo le está dando por casarse, es una especie de epidemia o algo así.

En esta ocasión no fui interrogado sobre si ausencia en misa, así que la fiesta transcurrió en paz hasta altas horas de la noche, al retirarnos, la mayoría de los que compartíamos la mesa llevaban a sus esposas, así que cada pareja se fue por su lado, al final me quedó la tarea de llevar a su casa a 4 ex compañeros jodidos que por su mediocridad no se han podido comprar aunque sea un bocho, para colmo, los cuatro habían terminado ebrios y casi inconcientes.

Así que fue mi tarea el llevarlos a mi camioneta, subirlos y llevarlos a sus respectivas casas, a pesar de tantos años que han pasado, aún creo recordar en donde vive cada uno de ellos; fui dejando uno a uno hasta que llegué a la casa del último, el ebrio se bajó, y buscó las llaves de su casa, de la casa sale una señora, la cual me dice:

-“Buenas Noches, oiga, ese no es mi esposo”.

Obviamente, esa no era la casa de mi compañero, y esa no era su esposa, había dejado a alguien mas en la casa equivocada y no pensaba regresarme, así que miré al ebrio que todavía no encontraba sus llaves, la miré a ella y le dije:

-“A mi me vale madre, es el último que me queda, ahora se aguanta” subí a mi camioneta y me dirigí hacia mi casa.

A la mañana siguiente recibí una llamada de agradecimiento de la señora, me agradecía haberle llevado un mejor marido.