Por tu colcha nos hayaron
Silvino Eduardo tenía contemplado llevar a su esposa Yuriko a París, para celebrar así su décimo aniversario de bodas; sin embargo, ella tenía otros planes.
En contubernio con su amante y un amigo mutuo, la mujer secuestró y asesino al empresario de 32 años, según aceptó en su declaración ministerial.
Antes de que policías judiciales videograbaran su confesión, la joven de 30 años pidió que le dieran tiempo para arreglarse un poco y ponerse labial.
La mujer, que antes de casarse vivía en una modesta vivienda de la colonia Portales, habitaba en su nueva casa en compañía de sus dos hijas, de tres y nueve años; ahí tenía joyas, un enorme guardarropa, y una colección de unos cien finos perfumes, todos regalo de su esposo.
Yuriko Larrondo Sakaguchi fue detenida en pleno funeral de su esposo, donde mostraba un gran abatimiento.
Una colcha del hotel Posada Sierra Nevada, dejada a unos metros del cuerpo embolsado y abandonado en una calle de Paseos de Francia del Fraccionamiento Lomas Verdes, en Naucalpan, fue el error que delató a los presuntos autores.
Agentes judiciales acudieron a dicho hotel donde preguntaron al encargado en cuál habitación faltaba una cobija; la respuesta indicaba que era de la número 164.
El hotel otorgó los videos de circuito cerrado de la entrada del lugar, referentes al día 19 del mes de julio, cuando desapareció Lalo, como ella lo llamaba. Las cintas revelaron que la mujer había acudido, pasadas las seis de la tarde, al lugar; llegó en su camioneta Lincoln Navigator, color blanca, regalo de su esposo, y detrás la seguía otro auto, en el que viajaba su amante, quien indicaba ser "madrina" de un policía judicial de Tlalnepantla.
Hacía medio año que en un gimnasio de Jardines de Satélite, colonia donde ella vivía con su esposo, conoció a José Luis Nava, y de inmediato iniciaron una relación amorosa.
Según su declaración ministerial asentada en la averiguación previa NAU/AM00/I/243/06-07, Yuriko asegura que su esposo, Silvino Eduardo Sánchez Rosas, la maltrababa y agredía sexualmente, además de que le era infiel.
Sin embargo, la madre del hoy occiso, Herlinda Rosas, narra que el propio padre de Yuriko describió a los judiciales que su yerno había sido buena persona cuyo único pecado había sido darle vida de reina a su hija.
Silvino tenía una comercializadora de material eléctrico y varios perros de raza que le habían hecho ganar campeonatos internacionales; no tomaba ni fumaba, le gustaba practicar karate y todas las noches de los martes jugaba ajedrez con su abuelo, cuenta su familiar.
Desde hacía tres meses, según la declaración de José Luis, planeaban el asesinato, aunque ella indica que tan sólo tenían una semana.
Ella relató que con el pretexto de mejorar su relación, citó a su cónyuge para ir al cine, donde él la recibió con un pastel de regalo, para luego abordar el vehículo de ella e ir a ver la película; sin embargo, en el camino sus cómplices subieron a la unidad y golpearon y sometieron a Lalo.
Fuente: El Universal
Conclusiones: No Se Roben las colchas de los hoteles.
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